La cebolla (Allium cepa) es un alimento muy antiguo y con
numerosas propiedades nutritivas, medicinales, un auténtico tesoro nutritivo, un
antiguo e imprescindible aliado de nuestra gastronomía, entre sus capas esconde
numerosas propiedades nutritivas y medicinales, es rica en minerales y
oligoelementos (calcio, magnesio, cloro, cobalto, cobre, hierro, fósforo, yodo,
níquel, potasio, silicio, cinc, azufre y bromo); y también en vitaminas (A, B,
C y E), Regula el funcionamiento del estómago, es diurética, depurativa, y antioxidante,
reduce el colesterol, los triglicéridos, inhibe la formación de trombos, ayuda
a controlar la hiperglucemia y un excelente antiparasitario, el único aspecto negativo de la cebolla es que nos hace llorar
PRODUCCIÓN MUNDIAL DE CEBOLLA
La
producción mundial de cebolla es de aproximadamente 97 millones de toneladas.,
según el
Último dato
registrado por FAO (2019), el área cosechada llega a 5 millones de hectáreas y
el
rendimiento
promedio para el quinquenio 2014-2018 fue de 19 t/ha. De esta manera, la
cebolla
se posiciona
entre tres las hortalizas con mayor superficie cosechada en el mundo.
La cebolla contiene ácido sulfúrico, esencias volátiles
sulfurosas que le confieren su sabor picante tan característico, componentes que
se disuelve con rapidez en agua y produce que nos haga saltar las lágrimas
cuando la cortamos.
La cebolla contiene una sustancia volátil llamada alilo, con
propiedades bactericidas y fungicidas. Es interesante su contenido en glucoquinina, una sustancia que baja el azúcar en sangre, por lo que
también es conocida como la “insulina
vegetal”. Por todo ello, se recomienda su consumo y destaca sus propiedades diuréticas y antisépticas,
es muy versátil en la cocina y la mejor
forma de aprovechar sus beneficios es consumirla cruda. Así estimula mejor el funcionamiento del hígado, el páncreas y la vesícula, aunque al
cocinarla no se producen grandes pérdidas en sus propiedades nutritivas.
VALOR NUTRICIONAL DE LA CEBOLLA
Las cebollas son una fuente de fibra, lo que contribuye a la
ingesta de fibras solubles. El tipo
de fibra presente en las cebollas puede
reducir la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como presión arterial alta, accidentes
cerebrovasculares, insuficiencias cardíacas e infartos. Además, ayuda a reducir el colesterol.
Por cada 100 gramos de cebolla aportamos el 11,5% de la
dosis diaria recomendada de vitamina B6.
Esto convierte a las cebollas en una buena opción para las funciones cognitivas y nerviosas, ya que la vitamina
B6 ayuda al cuerpo a producir serotonina
y mielina. Además, con una porción de cebollas, conseguimos el 5,9% de la
ingesta diaria recomendada de ácido
fólico y el 3,9% de la vitamina C
que nuestro organismo necesita diariamente.
Por cada 100 gramos de cebolla aportamos el 8,5% del calcio que necesitamos a diario para
tener huesos y dientes fuertes.
Además, las cebollas también nos aportan
manganeso.
La cebolla es buena
para la circulación, evita la formación de coágulos en la sangre, promueve
la circulación sanguínea y ayuda a
combatir las enfermedades relacionadas con una mala circulación.
La cebolla favorece la eliminación
de líquidos corporales, por lo que es muy recomendable en pacientes con
insuficiencia renal, gota, cálculos renales o edemas, tiene propiedades
diuréticas, mejora y facilita la excreción de orina, tiene la capacidad de activar la función de los riñones, así
como la eliminación de líquidos en el cuerpo.
La cebolla favorece
la digestión, al estimular el hígado, la vesícula, el páncreas y el estomago,
gracias a la presencia de quinina, neutraliza los ácidos y activa la secreción de los jugos gástricos, favoreciendo la flora
intestinal aunque debería evitarse en casos de acidez estomacal. La cebolla es capaz
de eliminar las toxinas y fermentos
que se producen en el estómago tras la digestión.
La cebolla es ampliamente conocida por sus propiedades bactericidas
y expectorantes, debido a sus compuestos ricos en azufre, es junto con el
ajo, uno de los mejores remedios naturales para combatir procesos infecciosos
del aparato respiratorio (gripe,
bronquitis, faringitis, etc.), al facilitar la expectoración, calmar la tos
y limpiar las vías respiratorias, se presume que cuenta con propiedades
antivirales y bactericidas, mismas que ayudan a aumentar las defensas.
La cebolla ayuda a cuidar
el corazón, gracias a la enzima llamada alinasa, y de sulfuros con la
cualidad de adelgazar la sangre, la
cebolla ayuda a reducir los niveles de
colesterol “malo” y mantiene la
elasticidad de las arterias, reduce
el riesgo cardiovascular hasta en un 15%.
La cebolla disminuye el
nivel de azúcar en la sangre, esto se debe a que es rica en una sustancia
llamada glucoquinina, el consumo de cebolla fresca reduce los niveles de
glucosa y ayuda a eliminar los tóxicos de los azúcares
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